La anécdota de hoy está dedicada a mi madre porque trata de su costumbre de tener, además de algunos libros de cocina, un “libro casero” o cuaderno en el que recopilaba recortes de recetas que encontraba en revistas y copias a mano de recetas de libros que le prestaban. Lo mejor de todo y que llamaba mucho mi atención era ver que al lado de los títulos de las recetas que copiaba había un dibujo de la misma, y en algunos dibujos, el detalle de sus ingredientes.
En la foto siguiente están los dibujos de mi madre de los Huevos que no son huevos (unos falsos huevos elaborados con duraznos en almíbar y crema chantilly), una Pasta Frola con dulce de membrillo , receta clásica con una masa arenosa deliciosa y una crema de membrillo única, y una Tarta hojaldrada de duraznos con almíbar que me recuerda a las fiestas de fin de año en Argentina, recetas que ella solía hacer y me enseñó.
Tanto me gustaba la manera de organizar su cuaderno de cocina que yo ahora hago lo mismo. Sigo copiando a mano algunas recetas de revistas o libros que me prestan y haciendo el dibujo correspondiente al final o al lado del título. Me acostumbré tanto a ello que a veces antes de elaborar un plato, por ejemplo una tarta, primero la dibujo para ver cómo quedará.
En las fotos siguientes, mis dibujos de los Adornos de chocolate , una receta especial que nos da ideas de cómo aprovechar al máximo el chocolate para adornar tartas y pasteles, de la La tortuga Manuelita y de los Muñecos de nieve de huevos rellenos , recetas que hace poco he preparado con formas y colores que llamarán la atención de los niños.
Una anécdota muy sencilla que compartirla me llena de satisfacción porque es algo de mi madre que llevaré siempre conmigo. Además, será un recuerdo lindo que tendré de cada receta elaborada.